Capillas y Hornacinas

Capillas y Hornacinas

Las capillas y hornacinas vecinales aparecieron al final de la Edad Media, muchas de ellas financiadas por las asociaciones o grupos de familias. En el Concilio de Trento se dictaron leyes sobre las imágenes, que quedaban divididas entre dogmáticas (Cristo, la Virgen, apóstoles y evangelistas), y devocionales (santos y santas recomendadas por el pueblo contra enfermedades o plagas). La costumbre de decorar determinados edificios con motivos religiosos fue muy común en aquellos años.

Entonces había tres tipos de capillas: las que contenían grandes esculturas (pagadas por el clero o las entidades), las empotradas en la fachada con una talla o una imagen de azulejos, y los mosaicos adosados directamente a la pared, fruto con frecuencia de la fe del propietario de la casa.

Actualmente subsisten, a pesar del escaso interés institucional por ponerlas en valor, dado su interés cultural y turístico, manteniéndose presentes en algunos edificios o casonas históricas, con el evidente peligro de desaparecer.

En Utiel, Nuestra Señora del Remedio que vive en la montaña, en el Santuario, también aparece en la calle y, se diría, que casi se mezclan con la ciudad; convive, desde fachadas de edificios anónimos, con quienes caminan a ras de suelo. Su presencia en la ciudad solo se explica por la expuesta devoción del que es, o era, el propietario del edificio. Ahora algunas hornacinas han desaparecido porque se han derrumbado edificios y otras perduran.

Distinguimos entre las grandes hornacinas o retablos como la que hay en el claustro del santuario del Remedio y aquellos pequeños retablos con los que se encuentra quien camina, y que suelen ser exvotos o representaciones en el espacio público de la religiosidad popular y familiar.

Grandes retablos

Alegoría a la Virgen Reina

Exaltación del título de Reina de los Cielos dado a la Virgen María en la advocación de Nuestra Señora del Remedio

Reina de los Cielos es un título dado a la Virgen María, la madre de Jesucristo, por una parte importante de los cristianos. Este título dado a la Virgen estimuló su veneración que se expresa en la teología, la literatura, la liturgia, la música y el arte. En este contexto es muy común la representación pictórica de María como Reina.

En los tiempos modernos, la iglesia católica también ha utilizado el título de Reina del Universo para María, reflejando así el acercamiento a la comprensión científica y moderna del espacio exterior.

El Papa Benedicto XVI señaló que la aceptación de María de la voluntad divina, es la razón última por la cual es Reina de los Cielos. Debido a esa aceptación humilde e incondicional de la voluntad de Dios, ”Dios la exaltó por sobre todas las criaturas, y Cristo la coronó Reina del cielo y la tierra”.

Por su parte el Papa Juan Pablo II la nombraba en sus letanías como “Reina de la Familia”. Así pues, en muchos hogares de Utiel, de su comarca y de diversos puntos geográficos se practica activamente la devoción a la Virgen ”Nuestra Señora del Remedio”, con la presencia de sus imágenes o el rezo habitual de su Salve o Himno en familia.

Y no sólo eso; también se pide su intervención ante las dificultades que va presentando la vida y se reciben con gratitud los favores que Ella siempre generosamente concede.

Planteemos pues, ¿Es la Virgen del Remedio la Reina de vuestros hogares y de vuestras familias? ¿Recordarías, cada uno, esos momentos en los que Ella estuvo muy cerca de vosotros? Haciendo una reflexión personal, ¿te gustaría agradecérselo compartiéndolo con los demás?

Tú, y la Virgen del Remedio siempre velando por ti y por todas las personas a las que tú quieres.

Es así como se vive día a día el reinado de Nuestra Señora del Remedio en cada hogar. Es así como habréis experimentado, en alguna ocasión particular, la protección que Ella promete y siempre da.

Éste fue el motivo que fundamentó la decisión de la Junta Directiva en querer representar artísticamente en esta alegoría a la Virgen Reina y poder conmemorar a su vez el Título de Real otorgado por el Rey Felipe VI a la Cofradía de Nuestra Señora del Remedio de Utiel.

En esta composición de exquisita belleza de la Virgen coronada, en técnica de azulejo socarrat, vemos la extensión de la cultura pictórica que aparece en tierras valencianas alrededor de los siglos XV al XVII.

Dando testimonio a través del arte globalizado de la iconografía mariana, de la etnografía económica y cultural.

La Junta Directiva, quiso destacar en el mural del Santuario, la presencia de los elementos más relevantes e importantes del Utiel de la época, para dar relevancia así a la presencia de Nuestra Madre del Remedio que hizo germinar, en estas tierras, la economía agrícola en un escenario de bien y verdad.

Esta composición monográfica aparece bellamente enriquecida con numerosas y cuidadas ilustraciones de color rojo-almagro y negro, realizadas por los autores, en las que se plasma un alto nivel en dibujo arqueológico y del socarrat.

Pasemos a analizar con detenimiento cada uno de los elementos que componen este gran mural de la Virgen Reina.

Con el castillo se pretende ofrecer las distintas posibilidades iconográficas de la fortaleza o torre que tuvo Utiel en la Baja Edad Media que estaba fortificada y amurallada con un emblemático castillo en el lugar que hoy lleva el nombre de una de las plazas de nuestra ciudad.

Las tipologías iconográficas del castillo se analizan desde el simbolismo religioso y el simbolismo profano.
En relación con el simbolismo religioso el castillo va unido a la importancia de la iconografía de la Jerusalén Celestial.

El simbolismo del castillo en alusión a asuntos profanos se refiere al símbolo del escudo de la ciudad en sus inicios (torre con 2 estrellas de ocho puntas) y que ha ido transcendiendo hasta el actual Escudo de la ciudad de Utiel.

En todo el mundo y a lo largo de la Historia, a los animales se les ha dado una gran importancia, ya sea desde un punto de vista mitológico, cultural o religioso.
En Utiel, en lo que respecta al ganado, a mediados del XVIII, consultadas las citadas Comprobaciones de 1761, las caballerías, los bueyes de labor, vacas y novillos, eran importantes para las labores de labranza. Para el cristianismo, el toro lleva en sí mismo la idea de poder y aparece como ídolo simbólico en el Antiguo Testamento.

En la mayoría de las culturas el perro ha aparecido cargado de referencias simbólicas de buena suerte, sabiduría, lealtad, obediencia y prosperidad; siendo guardián, protector y compañero. La figura del perro no sólo cuida de la casa, sino de lo que ella contiene, es decir, la familia y los sentimientos que entorno a ella se conforman. Por su cotidiana labor en el Utiel agrícola de la época es de importancia su presencia.

De entre la variedad de motivos posibles, la popularidad de la liebre se ve ligada al pasatiempo de la caza. La gran cantidad de ellas en los montes de la Sierra del Negrete la hacen necesaria entre estos símbolos.
Entre las leyendas e historias de la cultura popular que se le han atribuido a este animal, está el caso de la aparición de la Virgen en forma de liebre a un pastor ubicado en los aledaños del paraje del Remedio.

La mariposa o polilla de la seda es, originaria de Asia. Las polillas de la seda, son positivas y benéficas. Quizás sea esta mariposa la que goza de mejor reputación -trascendente y espiritual- alegórica de la luz del alma.
En Utiel la sericicultura fue una actividad novedosa y llevada a cabo por pequeños productores de familias como actividad complementaria y a veces como la principal.
Gremio de la Seda en Utiel. 1760: pág. 307 “La historia de Utiel en sus documentos” Volumen II. – “En el año 1776 acogía el Gremio de la seda de Utiel a 30 maestros, que se regían…”.

La vid, la uva y el vino tienen una simbología muy importante relacionada con lo divino, con lo místico y con la vida.
En el cristianismo es muy significativo: Jesús afirmó: Yo Soy la Vid verdadera (…) Permaneced en mí, y yo en vosotros.
Un significado más “terrenal” es el de prosperidad, pues desde hace siglos el cultivo de la Vid, la exportación de uvas y la producción de vinos han sido los pilares de la economía de muchos territorios, y en especial del Utielano.

Las comunes personificaciones femeninas en nuestra cultura en forma de dama de honor conocida también como madrina o camarera. Cumple un papel muy importante en la mayor parte de los rituales, pues generalmente es la encargada de acompañar y apoyar a la Virgen en el día a día de sus necesidades, limpieza y ropajes. Simboliza la prosperidad, abundancia, felicidad, fertilidad y descendencia.

El jabalí es elemento fundamental en los ritos de iniciación de los cazadores en distintos pueblos de Utiel y su comarca, que lo dotan de valor mediático o sacerdotal, a lo que se suma su carácter de alimento de la inmortalidad. El sentido espiritual y el mencionado poder protector, confluyen en la imagen del jabalí que guía y salvaguarda en el Más Allá al cazador o guerrero caído.

Entre los animales genuinamente positivos y benignos se encuentran las aves y especialmente las palomas, sobre todo por su directa similitud con la naturaleza del alma humana, ya que las aves pueden volar y ascender.
De esta manera, la paloma y el pájaro simbolizan el anhelo del espíritu por alejarse de lo terrenal en busca de valores más altos, del cielo en definitiva.

El gallo es el ave vigilante y anunciadora del nuevo día que aparece en las veletas.
El canto del gallo, que ahuyenta los poderes de las tinieblas y el mal, se convirtió en símbolo de vigilancia y resurrección. La figura de un gallo en lo alto de muchas torres de iglesias tiene la función de proteger del relámpago y del granizo, pero simbólicamente representa vigilancia y Resurrección.

El ciervo habitaba por las montañas de la Sierra del Negrete en la antigüedad y se alimentaba de hojas, ramas y brotes de plantas; de los frutos de la tierra como el olivo que simboliza la paz la victoria y la castidad.
En momentos importantes y prósperos de la agricultura utielana, nos indica que este territorio era productor de aceite.

Unas incipientes espigas de trigo, en la iconografía cristiana hacen referencia al Cuerpo de Cristo.
En los trigales el viento agita y estremece, pero es la condición flexible de la espiga, la que la faculta a soportar el abatimiento de los factores naturales; ella siempre retoma su derecha y erguida postura demostrando que es en el movimiento y abatimiento de la vida cómo se logra el cambio interior.

Las Estrellas de 8 Puntas, símbolo celestial de la Gran Madre.
Los primeros agricultores relacionaron la constelación de Virgo con la diosa de la fertilidad, Ceres (cereal), Perséfone y los distintos nombres de la Diosa Madre que, con el tiempo derivaron hacia la acepción de “Virgen” o “Madre Divina”.
Los agricultores primitivos observaron que la Estrella Spica, la principal de la constelación de Virgo, desaparecía en el horizonte el 15 de agosto, fecha que coincidía con la recogida de la cosecha de trigo seco y maduro y que Spica volvía aparecer el 8 de septiembre coincidiendo con el momento de la siembra. La Naturaleza es fértil y fecunda porque es pura, virgen e inocente y su función no es “concebir el mal”. De ahí la expresión “Madre Virgen”.

La Corona Real es considerada como un adorno en forma cerrada y hueca hecha con materiales preciosos. Reconocida como signo de distinción, del otorgamiento del TÍTULO DE REAL que reconoce nuestra lealtad.
Según la tradición católica la corona simboliza a la Reina de los Cielos.

La corona portada por Ángeles adquiere significado de júbilo divino y honor real.

Querubín es un ángel perteneciente al segundo de los nueve coros angélicos. Se consideran “guardianes de la gloria de Dios”. Su nombre significa «los próximos». Tienen condición de guardianes y al mismo tiempo de «carruaje».

En Ezequiel 1:9 se dice de los querubines: «sus alas se juntaban unas con otras», por ello dan la imagen de un grupo homogéneo, constituyendo una especie de «carroza celestial».

Ángeles Príncipes, guardianes de los símbolos de la ciudad de Utiel. Supervisan todo aquello que afecte a las virtudes de la población.

Pequeños retablos

A modo de pequeños retablos, formados por varios azulejos de colores y de temática siempre religiosa, hubo varios en Utiel, desapareciendo en gran parte durante la última guerra civil. Posteriormente se han repuesto algunos y se han colocado otros nuevos, casi todos, dedicados a la Virgen del Remedio, que, con esta admirable iconografía del arte de la azulejería, pudiera decirse que ha tomado posesión de la ciudad utielana.

"Ntra. Sra. del Remedio”.

Precioso retablo, reproduciendo la imagen de la Virgen en su trono y con andas, con el escudo de la Villa de Utiel. Conjunto llamativo en el que dominan los tonos amarillos.

Ubicada en la fachada de lo que fuera la casa del comerciante Bautista Vilches, en la calle del Remedio; inmueble ya existente a principios del siglo XX.

Cuando el día seis de septiembre, llega la Virgen del Remedio a Utiel, y después de su recepción en la “Mesilla”, e iniciada la comitiva para conducirla al templo parroquial, hace un descansillo, en la puerta de esta casa.

Retablo calle Remedio

Otra, en la propia calle del Remedio, bajando en la parte izquierda, instalada por la piedad del matrimonio de Julio García Gómez y Mª Luisa Zafrilla Montés.

Retablo calle Cervantes

Retablo ubicado en calle Cervantes nº 75 de Utiel, la casa es propiedad del matrimonio formado por Antonio Zafrilla Sánchez y Ángeles Gómez Tello.

Cerámica de la Bodega de la Cooperativa Agrícola de Utiel.

Ocupa el centro de un adecuado templete, construido al efecto, en el patio de descarga de la uva. Tamaño, 80 x 60 cm. (12 azulejos). Con dos farolillos en la parte superior para su iluminación.

Retablo calle Doncellas

Así en la casa que ocupa el comienzo y rincón de la calle de las Doncellas, partiendo de la calle del Remedio, habitada por Jacinto Fernández Gil y Mª Luisa Ramírez García.

Virgen de la Casa Social de la Cooperativa Agrícola de Utiel.

Mosaico y altorelieve, sobre una superficie plana, en tono azul verdoso con teselas de piedra, de color amelado para el manto, que lleva un sencillo dibujo de tallos vegetales, y adornado con diminutos vidrios de colores, semejando piedras preciosas. La imagen de la Virgen enmarcada en su rostrillo, también con pedrería, lleva corona radiante con estrellas .

Se debe esta singular y bellísima imagen, interesante por su técnica, lograda con perfección, al artista valenciano, natural de Siete Aguas, Vicente Rodilla Zanón. El tamaño de la propia efigie es de 82 x 75 cms. Y el conjunto del cuadro de 102 x 81 cms.

Instalada en el pequeño vestíbulo del salón de actos de la entidad, frente a la escalera de acceso de la Cooperativa Agrícola, cuando la inauguración de la Casa, el 7 de septiembre de 1969, donde puede admirarse hoy.